martes, 1 de marzo de 2011

El Quijotiz, de la literatura al teatro festivo.

Después, mucho después de tomar un taller con el integral teatrero Misael Torres, sobre teatro festivo, me atreví a meterme con el Quijote para llevárselo, como en los buenos tiempos del teatro popular latinoamericano, a los jóvenes y niños de los barrios populares.
La meta era lograr un espectáculo de 45 minutos (una hora clase) que sin caer en la banalización del texto de Cervantes, le permitiera a los niños iniciarse en el mundo de Quijana-Quijote-Quijotiz (Panza y Pancino, aldonza-Dulcinea). Este espectáculo además dbería funcionar con el mínimo de aparatos (desaparatizar es la consigna), el mínimo de actores, y el máximo de posibilidades expresivas (títeres, canto, música al vivo y pregrabada, diálogo cómico, danza, poesía, todo esto se logró).
En este momento estamos realizando un circuito por las escuelas públicas de Cali, nos hemos dado cuenta que la comodidad del espacio donde ensayamos, la sala del Teatro Esquina latina, nos despreparó para asumir los "escenarios" de estas escuelas, pero en el mismo circuito hemos ido despertando y cambiando el espectáculo para adaptarlo a la realidad para la cual fué creado.
La mayor dificultad ha sido la de prescindir de las luces y el humo y otros efectos que en sala a la italiana nos servían para llevar la imaginación del espectador de un lugar al otro de un tiempo a otro, para dar idea de evocación, alucinación, equívoco quijotesco.
Otra dificultad por vencer consiste en adecuar la voz y el ritmo de la obra al bullicioso e hiperactivo mundo de los niños de los barrios caleños.
Pero ahí vamos, cansados fisicamente, felices de poder seguir haciendo lo que tanto amamos, teatro popular.